Deberán pagar Ganancias otros 350 mil trabajadores
Argentina – 21/05/2012 – Clarín – Pág. 3-4 – Tiempo de Lectura: 3′ 03»
Se sumarán al 1,5 millón que ya está alcanzado por el impuesto. Es porque el Gobierno no actualizó el tope salarial a partir del cual hay que pagarlo. Es un dato relevante en medio de la discusión paritaria.
Se sumarán al 1,5 millón que ya está alcanzado por el impuesto. Es porque el Gobierno no actualizó el tope salarial a partir del cual hay que pagarlo. Es un dato relevante en medio de la discusión paritaria.
Ismael Bermúdez
El año avanza y el Gobierno sigue sin concretar la actualización del tope salarial (técnicamente llamado «mínimo no imponible») a partir del cual los trabajadores empiezan a pagar el impuesto a las Ganancias. Como consecuencia de esa falta de ajuste, este año otros 350.000 trabajadores que hasta ahora no estaban alcanzados por el impuesto pasarán a pagar Ganancias. Y otro 1,5 millón que ya estaba alcanzado pasará a pagar mucho más.
El mismo efecto se hará sentir sobre unos 40.000 jubilados que desde marzo pasado empezaron a pagar el impuesto a las Ganancias que antes no pagaban y otros 200.000 que estaban pagando y pasan a tributar más.
El perjuicio que están sufriendo los asalariados de ingresos medios y altos por la falta de actualización de topes no se limita sólo al caso de Ganancias. También afecta al cobro del salario familiar: hay otros 200.000 trabajadores que dejarán de cobrar las asignaciones familiares equivalentes a 400.000 chicos, porque no se ajustó la escala correspondiente (ver página 4).
Estas cifras surgen de considerar las nuevas escalas salariales de los trabajadores en relación de dependencia y de los haberes de los jubilados y pensionados, tras los reajustes pactados en paritarias en el primer caso y de la aplicación de la ley de movilidad en el segundo.
Así se puede estimar que con los aumentos de las jubilaciones (en marzo pasado subieron el 17,62%) y de los sueldos con el cierre de las negociaciones entre gremios y empresas, el ingreso nominal promedio aumentaría entre un 20 y 24%. De esta forma varios miles de empleados en relación de dependencia superarían el piso de $ 5.782 en el caso de los solteros y $ 7.998 los casados con 2 hijos a partir de los cuales les descuentan el impuesto a las Ganancias.
El año pasado, el mínimo no imponible fue aumentado un 20%, por debajo de la inflación estimada por los privados y las provincias.
Ese ajuste fue anunciado durante los primeros días de abril. De manera que ya pasaron casi 14 meses y el Gobierno sigue sin dar seña de que se apreste a actualizar el mínimo no imponible, las deducciones y las escalas salariales sobre las que se aplican las alícuotas. Esto ocurre en un contexto donde la administración de Cristina Kirchner está acuciada por el aumento del déficit fiscal y a pesar de que los reclamos se extienden desde la CGT y la CTA a sindicatos, organizaciones sociales y expertos en temas tributarios.
Como resultado de esa falta de actualización, una parte importante de los aumentos salariales, en lugar de ir al trabajador va directamente a las arcas de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP). Por ejemplo, un incremento salarial que oscile entre el 20% y el 24%, puede significar que el trabajador resigne o pierda 4 puntos o más de sus ingresos.
Y en el año esa apropiación de ingresos por parte del Fisco puede representar un aguinaldo entero o más (ver infografía).
Según las estimaciones de los expertos, para que la presión de Ganancias no siga aumentando, el Gobierno debería actualizar el piso salarial del impuesto en la misma medida que la inflación real. Pero en algunos años ese piso no fue ajustado, y en otros fue aumentado pero menos que la inflación. Por esa razón, con ganar apenas más de $ 5.782 un trabajador soltero ya está obligado a pagar Ganancias.
Para remediar esta distorsión, se estima que el piso salarial debería rondar ahora los $ 9.000 para los solteros y $ 11.000 para los casados con 2 hijos. Aun así, muchos tributaristas opinan que el salario no debería estar gravado con Ganancias. Además, las escalas sobre las que se aplican las alícuotas están congeladas desde el año 2000 cuando se implementó la reforma del entonces ministro de Economía, José Machinea. Eso lleva a que la mayoría de los trabajadores tribute sobre las alícuotas más elevadas, lo que agrava la pérdida salarial.
El año avanza y el Gobierno sigue sin concretar la actualización del tope salarial (técnicamente llamado «mínimo no imponible») a partir del cual los trabajadores empiezan a pagar el impuesto a las Ganancias. Como consecuencia de esa falta de ajuste, este año otros 350.000 trabajadores que hasta ahora no estaban alcanzados por el impuesto pasarán a pagar Ganancias. Y otro 1,5 millón que ya estaba alcanzado pasará a pagar mucho más.
El mismo efecto se hará sentir sobre unos 40.000 jubilados que desde marzo pasado empezaron a pagar el impuesto a las Ganancias que antes no pagaban y otros 200.000 que estaban pagando y pasan a tributar más.
El perjuicio que están sufriendo los asalariados de ingresos medios y altos por la falta de actualización de topes no se limita sólo al caso de Ganancias. También afecta al cobro del salario familiar: hay otros 200.000 trabajadores que dejarán de cobrar las asignaciones familiares equivalentes a 400.000 chicos, porque no se ajustó la escala correspondiente (ver página 4).
Estas cifras surgen de considerar las nuevas escalas salariales de los trabajadores en relación de dependencia y de los haberes de los jubilados y pensionados, tras los reajustes pactados en paritarias en el primer caso y de la aplicación de la ley de movilidad en el segundo.
Así se puede estimar que con los aumentos de las jubilaciones (en marzo pasado subieron el 17,62%) y de los sueldos con el cierre de las negociaciones entre gremios y empresas, el ingreso nominal promedio aumentaría entre un 20 y 24%. De esta forma varios miles de empleados en relación de dependencia superarían el piso de $ 5.782 en el caso de los solteros y $ 7.998 los casados con 2 hijos a partir de los cuales les descuentan el impuesto a las Ganancias.
El año pasado, el mínimo no imponible fue aumentado un 20%, por debajo de la inflación estimada por los privados y las provincias.
Ese ajuste fue anunciado durante los primeros días de abril. De manera que ya pasaron casi 14 meses y el Gobierno sigue sin dar seña de que se apreste a actualizar el mínimo no imponible, las deducciones y las escalas salariales sobre las que se aplican las alícuotas. Esto ocurre en un contexto donde la administración de Cristina Kirchner está acuciada por el aumento del déficit fiscal y a pesar de que los reclamos se extienden desde la CGT y la CTA a sindicatos, organizaciones sociales y expertos en temas tributarios.
Como resultado de esa falta de actualización, una parte importante de los aumentos salariales, en lugar de ir al trabajador va directamente a las arcas de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP). Por ejemplo, un incremento salarial que oscile entre el 20% y el 24%, puede significar que el trabajador resigne o pierda 4 puntos o más de sus ingresos.
Y en el año esa apropiación de ingresos por parte del Fisco puede representar un aguinaldo entero o más (ver infografía).
Según las estimaciones de los expertos, para que la presión de Ganancias no siga aumentando, el Gobierno debería actualizar el piso salarial del impuesto en la misma medida que la inflación real. Pero en algunos años ese piso no fue ajustado, y en otros fue aumentado pero menos que la inflación. Por esa razón, con ganar apenas más de $ 5.782 un trabajador soltero ya está obligado a pagar Ganancias.
Para remediar esta distorsión, se estima que el piso salarial debería rondar ahora los $ 9.000 para los solteros y $ 11.000 para los casados con 2 hijos. Aun así, muchos tributaristas opinan que el salario no debería estar gravado con Ganancias. Además, las escalas sobre las que se aplican las alícuotas están congeladas desde el año 2000 cuando se implementó la reforma del entonces ministro de Economía, José Machinea. Eso lleva a que la mayoría de los trabajadores tribute sobre las alícuotas más elevadas, lo que agrava la pérdida salarial.
(Presidencia de la Nación – Poder Ejecutivo – DGI – Actividad Económica – Panorama Económico)
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