De Mendiguren tuvo un discurso de consenso y buscó acortar distancias

Argentina – 27/04/2011 – Buenos Aires Económico – Pág. 3/Sección: Argentina – Tiempo de Lectura: 3′ 35»
 
Moyano lo escuchó sentado en la primera fila de invitados
El nuevo jefe de la UIA evitó nombrar a Techint, la empresa que mantiene el enfrentamiento más caliente con el Gobierno. La resistencia a la designación de directores estatales en Siderar también fue obviada. «Es un caso puntual», dijo De Mendiguren después del acto.
El nuevo presidente de la Unión Industrial Argentina buscó, más que nunca, un discurso de consenso y llamó a todos los sectores a consolidar el crecimiento de la economía. «La UIA no está aquí para confrontar, sino para construir», sostuvo losé Ignacio De Mendiguren ante unos trescientos empresarios y el líder de la CGT, Hugo Moyano, que se fundió en un abrazo con el nuevo jefe de la central fabril.
Esa decisión, que se expresó en un discurso prolijo que ponderó el crecimiento de los últimos años, estuvo incluso cuando se salió del texto ensayado. «Tenemos en alimentos y en siderurgia empresas que se han expandido y se han internacionalizado. Tenemos que incorporarlas al proyecto de desarrollo», dijo sin nombrar a Arcor ni a Techint, las dos firmas que encabezan el frente empresario que confronta con el Gobierno.
Desde la primera fila lo observaban Moyano, el líder de la Federación Agraria, Eduardo Buzzi, y el titular del Banco Macro, jorge Brito. Con este último también se abrazó efusivamente. También quedó al frente del público el economista Bernardo Kosacoff, el hombre que Techint quería que ocupara el cargo de Aldo Ferrer como representante del Estado en el directorio de Siderar.
«Necesitamos más grandes industrias, multinacionales argentinas, que a su vez potencien y promuevan la competitividad y la inserción internacional de sus pymes proveedoras y clientes», insistió, en la misma línea del texto que improvisó y ponderó: «Esta idea clara, que tanto difundieron e implementaron empresarios prestigiosos en la Argentina como Roberto Rocca, es una de las claves para transformar el entramado productivo y agregar más valor».
A su lado, en la mesa que presidió el acto, desde la cual habló, estaban Juan Carlos Lascurain, Adrián Kaufman, Federico Nicholson, Miguel Acevedo, Juan Carlos Sacco, Guillermo Moreti y Daniel Funes de Rioja.
Méndez, que renunció dos meses atrás en medio de la puja por quien lo sucedería, se recluyó en una silla del fondo y se mostró solo, apoyado en su bastón. Ésa pareció ser la foto final de la pelea en la cual Techint resistió todo lo que pudo la designación de De Mendiguren por considerarlo «demasiado oficialista».
Después del acto, De Mendiguren insistió ante BAE en el eje central de su discurso: «Nuestro enemigo no son ni los trabajadores ni el Gobierno: es la desocupación. Soy un luchador incansable a favor de los consensos». Parte de eso es su capital político, que está atravesado por sus relaciones con Ricardo Alfonsín y Eduardo Duhalde, al mismo tiempo que con el Gobierno.
El nuevo jefe de la UIA reiteró el pedido de los industriales para que el Estado cree un banco de desarrollo destinado a financiar «la inversión de largo plazo», sumado a la profundización de los actuales programas como el Fondo del Bicentenario. También se pronunció a favor de la consolidación de un plan de transporte, con énfasis en el ferrocarril, y un plan energético «para darles certidumbre y competitividad a nuestras inversiones».
«Debemos trabajar juntos para tener una legislación laboral y tributaria justa que limite la creciente litigiosidad laboral que sólo alimenta el flagelo de la industria del juicio», dijo al reiterar un viejo reclamo de la central empresarial.
De Mendiguren fue precedido en la palabra por el presidente saliente de la entidad, Miguel Acevedo -quien a su vez reemplazó temporariamente a Méndez-. «Los países que hoy son grandes lo deben al poder de sus ciudadanos y a la fuerza transformadora de sus empresas, sea cual fuere su tamaño. Porque, recordémoslo, la empresa privada es hija de la libre iniciativa, no de la decisión arbitraria de los gobiernos», sostuvo Acevedo.
BROMAS CON EL PROYECTO DE SARKOZY
– «Sarkozy, que es del Primer Mundo, que tantos admiran, pidió asesoría a Recalde», bromeó el jefe de la CGT, Hugo Moyano, al ingresar en el acto de asunción de la nueva conducción de la Unión Industrial Argentina.
La frase, soltada en los apretujones del ingreso en la ceremonia, buscó jugar en la contracción empresa-ria y aprovechó para ello el proyecto del gobierno de Nicolás Sarkozy para hacer extensiva a los trabajadores la distribución de dividendos.
El proyecto del diputado oficialista Héctor Recalde, que la central obrera busca incluir en la agenda del Congreso de este año, Impulsa distribuir el 10% de los dividendos de las empresas entre sus empleados. Además, propone destinar 2 puntos de ese monto para un fondo que administrarían los gremios y estarían destinados a atender a desempleados.
(Situación Laboral)
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