Chicanas del camionero a Caló y al Gobierno
Argentina – 22/05/2012 – Ambito Financiero – Pág. 2 – Tiempo de Lectura: 1′ 51»
Al calor de sus aliados, Hugo Moyano confirmó ayer que buscará ser reelecto al frente de la CGT y aprovechó para cuestionar al Gobierno y a su rival en la interna de la central obrera, el metalúrgico Antonio Caló. Sobre su competidor, el camionero dijo que no firmaría un aumento salarial del 23% «sobre salarios de $ 3.000.-, como el acordado por la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) y menos presentarlo «como un triunfo».
Al calor de sus aliados, Hugo Moyano confirmó ayer que buscará ser reelecto al frente de la CGT y aprovechó para cuestionar al Gobierno y a su rival en la interna de la central obrera, el metalúrgico Antonio Caló. Sobre su competidor, el camionero dijo que no firmaría un aumento salarial del 23% «sobre salarios de $ 3.000.-, como el acordado por la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) y menos presentarlo «como un triunfo».
«El movimiento obrero es manso y tolerante. Pero no somos tontos. Cuando tengamos que poner lo que tenemos, lo vamos a hacer. No nos van a correr con la vaina», advirtió el dirigente al encabezar un almuerzo en el camping del sindicato de textiles (SETIA), en Esteban Echeverría. Los organizadores dijeron haber contado con la participación de 109 gremios, más de la mitad de los que integran la CGT.
Moyano sostuvo que el Gobierno pretende «una CGT en silencio» y dijo no temerle «a nadie». Y agregó que Cristina de Kirchner quiere hacerles creer a los trabajadores que viven «en la Suiza de los mejores momentos» cuando a su juicio «hay muchísima pobreza y muchísimos trabajadores en negro».
El almuerzo tuvo como objetivo mostrarse sólido antes de la reunión del Comité Central Confederal de la CGT, de mañana, y del congreso de renovación de autoridades del 12 de julio.
Entre los presentes ayer estaban dirigentes con gremios que cuentan con un número importante de congresales, como Gerónimo Venegas (peones rurales), Amadeo Genta (municipales), Sergio Palazzo (bancarios) y Guillermo Pereyra (petroleros patagónicos). También hubo aliados de años de Moyano como Juan Carlos Schmid (dragado), Omar Plaini (canillitas), Julio Piumato (judiciales), Jorge Pérez Tamayo (pilotos aeronáuticos), Oscar Mangone (trabajadores del gas) y sus propios hijos, Pablo (adjunto en Camioneros) y Facundo (personal de peajes).
Además fueron dirigentes de otra treintena de sindicatos que se incorporarán a la CGT en el Confederal de mañana. Entre ellos, los aliados de Moyano esperan reunir entre 150 y 200 congresales más (sobre un total cercano a los 2.000), equivalentes a los aportados por un sindicato grande.
Tras el almuerzo, Schmid reconoció que la ruptura de la CGT «es una posibilidad» pero que sólo podrá develarse «después del 12 de julio», fecha del Congreso. Plaini, por su parte, sostuvo que la dirigencia sindical tiene «la responsabilidad y la obligación de bregar hasta último momento por la unidad» pero admitió que, en caso contrario, se irá «a una compulsa».
Moyano sostuvo que el Gobierno pretende «una CGT en silencio» y dijo no temerle «a nadie». Y agregó que Cristina de Kirchner quiere hacerles creer a los trabajadores que viven «en la Suiza de los mejores momentos» cuando a su juicio «hay muchísima pobreza y muchísimos trabajadores en negro».
El almuerzo tuvo como objetivo mostrarse sólido antes de la reunión del Comité Central Confederal de la CGT, de mañana, y del congreso de renovación de autoridades del 12 de julio.
Entre los presentes ayer estaban dirigentes con gremios que cuentan con un número importante de congresales, como Gerónimo Venegas (peones rurales), Amadeo Genta (municipales), Sergio Palazzo (bancarios) y Guillermo Pereyra (petroleros patagónicos). También hubo aliados de años de Moyano como Juan Carlos Schmid (dragado), Omar Plaini (canillitas), Julio Piumato (judiciales), Jorge Pérez Tamayo (pilotos aeronáuticos), Oscar Mangone (trabajadores del gas) y sus propios hijos, Pablo (adjunto en Camioneros) y Facundo (personal de peajes).
Además fueron dirigentes de otra treintena de sindicatos que se incorporarán a la CGT en el Confederal de mañana. Entre ellos, los aliados de Moyano esperan reunir entre 150 y 200 congresales más (sobre un total cercano a los 2.000), equivalentes a los aportados por un sindicato grande.
Tras el almuerzo, Schmid reconoció que la ruptura de la CGT «es una posibilidad» pero que sólo podrá develarse «después del 12 de julio», fecha del Congreso. Plaini, por su parte, sostuvo que la dirigencia sindical tiene «la responsabilidad y la obligación de bregar hasta último momento por la unidad» pero admitió que, en caso contrario, se irá «a una compulsa».
(Sector Energía – Política)
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