La Argentina y Brasil acuerdan un programa de compre regional (…)
Argentina – 19/10/2011 – Buenos Aires Económico – Pág. 2/Sección: Argentina – Tiempo de Lectura: 4′ 27»
La Argentina y Brasil acuerdan un programa de compre regional para sustituir importaciones:
América del Sur importa u$s 150.000 millones anuales que pueden reemplazar
La Argentina y Brasil acuerdan un programa de compre regional para sustituir importaciones:
América del Sur importa u$s 150.000 millones anuales que pueden reemplazar
Evalúan elevar el arancel externo común para llevarlo a 35 por ciento. Además, coordinarían los mecanismos de protección comercial y buscarán la forma de seguir atrayendo inversiones.
América del Sur importa productos extraregionales por u$s 150.000 millones que pueden sustituirse por productos que se fabrican dentro de sus fronteras. Con esa premisa, se busca coordinar una política de «compre regional» como base de una integración productiva que exigirá mayor contenido de partes de los países del Mercosur y la Unasur.
Para esto, la agenda regional contempla la negociación por la suba del arancel externo común con un pedido a la OMC para llevarlo por arriba de 35% del consolidado en el caso de algunos sectores sensibles y una coordinación de los mecanismos de protección del mercado regional frente a las importaciones. La idea es seguir atrayendo inversiones que generen producción local y aumentar la participación de piezas nacionales en los bienes regionales.
Esta política, que se debate a nivel técnico en las reuniones del Mercosur, promete ser más agresiva en el primer semestre del año próximo bajo la presidencia pro témpore argentina del bloque regional.
La negociación incluye puntos álgidos, como la resistencia brasileña a abrir su protocolo de compras gubernamentales al Mercosur, lo que permitiría competir en igualdad de condiciones con los proveedores brasileños en las licitaciones de obras de infraestructura y energía, en particular las que se llevan adelante para el Mundial de fútbol de 2014 y los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro en 2016.
Así lo explicaron el secretario de Relaciones Económicas Internacionales, Luis María Kreckler, y el subsecretario de Comercio Internacional, Ariel Señale, tras la apertura de un seminario del que participan empresarios argentinos y brasileños en el centro paulista. «Nos tenemos que unir con Brasil para abastecer a China y tenemos que tener una agenda ofensiva sobre los mercados regionales y emergentes, que son los que siguen creciendo», agregó Kreckler.
En la apertura de la misión multisectorial que trajo a un centenar de empresarios argentinos a San Pablo -algunos quedaron en Buenos Aires por la reprogramación de vuelos tras las suspensiones por la ceniza volcánica del domingo- el mensaje coincidió desde los dos lados de la frontera para complementar las cadenas de producción de los dos países y de la región para abastecer al mercado interno y competir a escala global.
De los empresarios que participan de la reunión en el centro industrial brasileño y que seguirán viaje hoy hacia Río de Janeiro, la mitad viene a ofrecer insumos para integrar a la producción de Brasil mientras que el resto intenta colocar un producto terminado.
La apuesta es por la producción industrial. Federico Arana Meira, gerente general de Relaciones Internacionales y Comercio Exterior de la Federación de Industrias del Estado de San Pablo, FIESP, destacó que la Argentina es el principal socio comercial de Brasil en ese segmento y reconoció que también es el primer destino para la internacionalización de empresas brasileñas.
Por otra parte, de las exportaciones industriales argentinas al Mercosur el 85% se dirige a Brasil, aunque el país también es el principal comprador de productos brasileños, lo que deja un déficit en la balanza comercial que este año podría llegar a 6.000 millones de dólares.
AMENAZA ORIENTAL El representante de la industria paulista, que concentra dos tercios del producto bruto industrial de Brasil, reconoció además que las crecientes importaciones de China en el mercado brasileño impactan en la producción local.
Frente a la sustitución de importaciones, la presión tanto en la Argentina como en Brasil para que las empresas radiquen inversiones y generen empleo local se redobla. «Las grandes multinacionales están demandando mucho. Las pymes de la región pueden complementarse y proveer a las multinacionales», indicó Kreckler en su mensaje a los empresarios, en medio de medidas como la adoptada por Brasil en el sector automotor, que exige un 65% de integración nacional o -Mercosur- para comercializar los autos en el mercado interno sin un impuesto extra.
«Es una oportunidad única para hacer frente a la crisis internacional», evaluó el secretario de Comercio Internacional, que frente a la conquista de nuevos mercados advirtió que «la demanda de China e India además es muy grande y la oferta pyme es limitada».
Desde la FIESP, coincidieron con la agenda positiva: «La integración de cadenas productivas permitirá fortalecer a la economía regional y asegurar escala productiva en el largo plazo para competir con Asia», dijo Arana Meira.
AL INTERIOR. La expansión de las exportaciones en el mercado regional también pasa por correr la frontera al norte de San Pablo, en Brasil. «Hay que diversificar las ventas al interior. San Pablo es la gran aspiradora de productos argentinos pero la meta es llegar a todo el país», explicó Kreckler. Para esto se realizará antes de fin de año una misión a la región Nordeste y se trabaja con los distribuidores. Además, en el sur brasileño se intenta aumentar el vínculo entre los estados brasileños y las provincias del Norte y Litoral argentino, por la vecindad geográfica.
La preeminencia paulista, en tanto, se explica por el tamaño de su mercado. El representante de la agencia de inversiones Inver Sao Paulo, Hans Schaeffer, dejó algunos datos sobre la mesa para entender la concentración en la meca de la industria brasileña: el estado representa un tercio del PBI de Brasil, aunque concentrado en el 3% del territorio. En ese espacio, en tanto, la población alcanza los 40 millones, casi el total de la Argentina. En función de su PBI, San Pablo -que en las oficinas y comercios de la avenida Paulista, centro administrativo y financiero de la ciudad, no refleja una desaceleración de la actividad- sería la economía número 22 del mundo.
América del Sur importa productos extraregionales por u$s 150.000 millones que pueden sustituirse por productos que se fabrican dentro de sus fronteras. Con esa premisa, se busca coordinar una política de «compre regional» como base de una integración productiva que exigirá mayor contenido de partes de los países del Mercosur y la Unasur.
Para esto, la agenda regional contempla la negociación por la suba del arancel externo común con un pedido a la OMC para llevarlo por arriba de 35% del consolidado en el caso de algunos sectores sensibles y una coordinación de los mecanismos de protección del mercado regional frente a las importaciones. La idea es seguir atrayendo inversiones que generen producción local y aumentar la participación de piezas nacionales en los bienes regionales.
Esta política, que se debate a nivel técnico en las reuniones del Mercosur, promete ser más agresiva en el primer semestre del año próximo bajo la presidencia pro témpore argentina del bloque regional.
La negociación incluye puntos álgidos, como la resistencia brasileña a abrir su protocolo de compras gubernamentales al Mercosur, lo que permitiría competir en igualdad de condiciones con los proveedores brasileños en las licitaciones de obras de infraestructura y energía, en particular las que se llevan adelante para el Mundial de fútbol de 2014 y los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro en 2016.
Así lo explicaron el secretario de Relaciones Económicas Internacionales, Luis María Kreckler, y el subsecretario de Comercio Internacional, Ariel Señale, tras la apertura de un seminario del que participan empresarios argentinos y brasileños en el centro paulista. «Nos tenemos que unir con Brasil para abastecer a China y tenemos que tener una agenda ofensiva sobre los mercados regionales y emergentes, que son los que siguen creciendo», agregó Kreckler.
En la apertura de la misión multisectorial que trajo a un centenar de empresarios argentinos a San Pablo -algunos quedaron en Buenos Aires por la reprogramación de vuelos tras las suspensiones por la ceniza volcánica del domingo- el mensaje coincidió desde los dos lados de la frontera para complementar las cadenas de producción de los dos países y de la región para abastecer al mercado interno y competir a escala global.
De los empresarios que participan de la reunión en el centro industrial brasileño y que seguirán viaje hoy hacia Río de Janeiro, la mitad viene a ofrecer insumos para integrar a la producción de Brasil mientras que el resto intenta colocar un producto terminado.
La apuesta es por la producción industrial. Federico Arana Meira, gerente general de Relaciones Internacionales y Comercio Exterior de la Federación de Industrias del Estado de San Pablo, FIESP, destacó que la Argentina es el principal socio comercial de Brasil en ese segmento y reconoció que también es el primer destino para la internacionalización de empresas brasileñas.
Por otra parte, de las exportaciones industriales argentinas al Mercosur el 85% se dirige a Brasil, aunque el país también es el principal comprador de productos brasileños, lo que deja un déficit en la balanza comercial que este año podría llegar a 6.000 millones de dólares.
AMENAZA ORIENTAL El representante de la industria paulista, que concentra dos tercios del producto bruto industrial de Brasil, reconoció además que las crecientes importaciones de China en el mercado brasileño impactan en la producción local.
Frente a la sustitución de importaciones, la presión tanto en la Argentina como en Brasil para que las empresas radiquen inversiones y generen empleo local se redobla. «Las grandes multinacionales están demandando mucho. Las pymes de la región pueden complementarse y proveer a las multinacionales», indicó Kreckler en su mensaje a los empresarios, en medio de medidas como la adoptada por Brasil en el sector automotor, que exige un 65% de integración nacional o -Mercosur- para comercializar los autos en el mercado interno sin un impuesto extra.
«Es una oportunidad única para hacer frente a la crisis internacional», evaluó el secretario de Comercio Internacional, que frente a la conquista de nuevos mercados advirtió que «la demanda de China e India además es muy grande y la oferta pyme es limitada».
Desde la FIESP, coincidieron con la agenda positiva: «La integración de cadenas productivas permitirá fortalecer a la economía regional y asegurar escala productiva en el largo plazo para competir con Asia», dijo Arana Meira.
AL INTERIOR. La expansión de las exportaciones en el mercado regional también pasa por correr la frontera al norte de San Pablo, en Brasil. «Hay que diversificar las ventas al interior. San Pablo es la gran aspiradora de productos argentinos pero la meta es llegar a todo el país», explicó Kreckler. Para esto se realizará antes de fin de año una misión a la región Nordeste y se trabaja con los distribuidores. Además, en el sur brasileño se intenta aumentar el vínculo entre los estados brasileños y las provincias del Norte y Litoral argentino, por la vecindad geográfica.
La preeminencia paulista, en tanto, se explica por el tamaño de su mercado. El representante de la agencia de inversiones Inver Sao Paulo, Hans Schaeffer, dejó algunos datos sobre la mesa para entender la concentración en la meca de la industria brasileña: el estado representa un tercio del PBI de Brasil, aunque concentrado en el 3% del territorio. En ese espacio, en tanto, la población alcanza los 40 millones, casi el total de la Argentina. En función de su PBI, San Pablo -que en las oficinas y comercios de la avenida Paulista, centro administrativo y financiero de la ciudad, no refleja una desaceleración de la actividad- sería la economía número 22 del mundo.
(Panorama Económico)
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